La necesidad de una alternativa para la juventud de Algete
- Gastón Ouviña Cabezas Ríos
- 14 feb 2018
- 3 Min. de lectura

Para entender la urgencia de una alternativa de ocio y cultura es importante conocer la situación actual en materia de juventud y ocio en Algete.
Actualmente no se está desarrollando ningún plan concreto que realmente ofrezca a los y las jóvenes un canal en el que desarrollar su expresividad.
Al llegar el fin de semana, la imagen de las paradas de autobuses repletas de jóvenes que optan por la alternativa que ofrecen los centros comerciales, cines, áreas recreativas, e incluso programas de ocio alternativo de otros municipios cercanos; a la par que la preocupante imagen de grupos de jóvenes, cada vez más amplios, que optan por el recreo acompañado del consumo de drogas y alcohol, se repite todas las semanas y de forma cada vez más precoz. La oferta para aquellos que deciden quedarse en el municipio se limita a mantener abiertas algunas instalaciones deportivas.
Hoy en día el público adulto encuentra en bares, restaurantes y actividades varias, su lugar de reunión y recreo. El público perteneciente a la tercera edad disfruta de múltiples actividades y de un espacio concreto destinado para ellos como es el centro de día. Sin embargo los jóvenes algeteños no disponen de un lugar de referencia. Es importante devolver a los jóvenes su espacio.
Durante años no solo se han ido limitando las actividades, sino que también se ha acotado el espacio físico, privando a los jóvenes de un lugar de referencia que sientan como propio y en que poder sentirse cómodos, compartiendo actividades. La "Casa de la Juventud" o "Edificio Azul", ya no es de la juventud. Es un edificio de formación gestionado de forma privada, salas de ensayo vacías, es un cuarto de fotografía convertido en almacén, un estudio de radio convertido en sala de terapia…Todo, menos “La Casa de la Juventud”.
En este período que abarca dos legislaturas y media ni se han promovido acciones desde el propio equipo de gobierno, exceptuando actividades puntuales, ni se ha dado a los jóvenes los medios para que ellos mismos promuevan acciones que cubran la falta de ocio privado existente en nuestra localidad.
Esta situación da lugar, a medio y largo plazo, a la indiferencia y la apatía de éstos hacia el municipio y sus vecinos. Un joven no implicado será un adulto no implicado, con las consecuencias que esto puede generar, como la no participación en la vida social, política o asociativa, el cuidado patrimonial y medioambiental, etc., y a largo plazo puede desembocar en una pérdida demográfica ya que los jóvenes en edad de independizarse pueden optar por municipios con mejores ofertas, tanto para su disfrute como para el de una futura familia. Algo que a día de hoy ya está sucediendo.
Por todo esto es necesaria la puesta en marcha de un proyecto ocio-cultural alternativo y saludable que sirva para reintegrar a la juventud en el municipio. Es preciso devolver a los jóvenes los espacios que se les ha ido acotando con el paso de los años, donde puedan desarrollar aquellas actividades que los motivan e inquietan y que les permitan disfrutar en la misma medida del ocio y tiempo libre y de su desarrollo cultural y saludable.
Para conseguirlo es necesario un plan de re-estructuración de actividades, horarios y localizaciones municipales, para liberar espacios que nunca debieron arrebatarse a la juventud; a la par que se necesita crear un consejo integrado por miembros de la corporación municipal y jóvenes de diferentes rangos de edad, ya que no basta con limitarse únicamente a proporcionar una oferta de actividades, sino que se debe hacer partícipes a los jóvenes en la elección, planificación y desarrollo de las mismas.
No podemos olvidarnos de la necesidad de implicación de los entes educativos, asociaciones y comercios. Es necesario solicitar a los IES espacios y horarios para desarrollar actividades de organización, a la par que sirvan como primer evaluador de las necesidades e inquietudes de las y los jóvenes.
Por parte de las asociaciones, necesitaremos fomentar el asociacionismo juvenil y la intervención de éstos en las actividades sociales voluntarias.
Por parte de los comercios se necesitará la colaboración directa, como patrocinadores o co-organizadores, algo que repercutirá en beneficio mutuo.
En definitiva, es vital que todos los elementos sociales, grupos políticos, asociaciones e institutos, trabajemos en una línea a favor de la reintegración juvenil, pues en ellas y ellos está el futuro del municipio y que Algete se confirme como una ciudad dormitorio, o un lugar que vivir.
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